La revolución ocurrió en 1983 con Tom Schnackenberg "diseñador de velas" del consorcio de "Australia II"; Tom aprovecha la llegada de los modernos plotters de corte y software de diseño.
Las velas con corte radial se fabrican con muchos más cortes y por tanto requieren un mayor número de cortes y costuras, aumentando también el desperdicio de tejido. Sin embargo, garantizan un mejor tensado ya que cada pequeña barra es capaz de "transportar" la fuerza aplicada a los extremos.
Es como si cada pequeño triángulo se convirtiera en el portador de un vector de fuerza, que desde la parte superior de la vela apunta hacia el centro. Este vector está acompañado por la fuerza de otros 4-5 pequeños vectores. Todos estos vectores no encuentran "barreras" y apuntan directamente al punto donde la fuerza lucha por llegar, es decir, el centro de la vela.
En comparación con los cortes "transversales" que "bloquean" la propagación de la fuerza, la unión diagonal, por otro lado, le permite llegar exactamente al punto más delicado. Consiguiendo "distribuir" la fuerza, conseguiremos que cada herida esté sometida a la tensión que necesita para permanecer en tensión. Por lo tanto, debe enfatizarse que el radial permite una vela más rígida, menos flexible bajo carga y con una mayor duración de rendimiento: naturalmente, funciona de manera más homogénea.