Para recordarlo, pensó lentamente en dibujar lápices de colores en el cielo, el Faber tan querido por De Andrè, que pudiera abrirse transformándose en velas de colores claros.

La dificultad radicaba en anclar las botavaras enrollables y equiparlas con mecanismos tensores de tela, solo en cuerdas suspendidas. Nunca antes se había hecho nada como esto.

Hemos creado para este astillero un mecanismo particular con un diseño elíptico que incorpora un sistema de palancas que actúan sobre las cuerdas conectadas a la vela.

Nada electrónico sino todo mecánico, con una fuerza proporcional a la apertura, funcional e imposible de romper.

Gracias a este Plan, la elección recayó en nosotros.

Otro obstáculo fue sin duda la sincronización de aperturas y cierres para las 14 velas dispuestas en diferentes cuadrados y aquí, en cambio, la tecnología nos ha dado una gran mano gracias a la provisión de un sistema de control centralizado dinámico e integrado.

Hemos concebido, diseñado, soldado todo internamente: ¡no el doble de satisfacción, sino multiplicado por 100!

Piazza Faber en Tempio Pausania es algo único en el mundo gracias a la creatividad transformada en concreción, al arte del Piano.

El amigo y artista atemporal Fabrizio De Andrè amaba la tierra de Cerdeña de una manera visceral y hay que decir que a algunos nos pasa lo mismo.

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